Volver a clases después de los 50, ha sido una experiencia maravillosa, interesante y muy productiva para mi. Y volver con mis hijos, ha sido algo excepcional.
Sentir la necesidad de capacitarnos, de superar algunos obstáculos que solo se pueden romper con la adquisición de nuevos conocimientos a través de la educación, creo que ha sido una buena decisión.
Volver a clase con mis hijos, Alexei de 16 e Ivan Francesco de 26, ha sido un buen reto. Motivarlos con mi ejemplo, convencerlos de ir juntos a capacitarnos no ha sido fácil, pero al escucharlos hablar de café, de tostion, de catacion utilizando apropiadamente, la nueva terminología técnica de esta actividad, creo que valió la pena.
Y también ha sido enriquecedor estudiar en el SENA. Saber como funciona, como prepara a miles de colombianos, en sus instalaciones y fuera de ellas, en tantas disciplinas, tecnologías y oficios.
Nos ha llamado la atención en esta experiencia SENA, que varias familias como la mía, estén asistiendo a estas capacitaciones juntas. La familia Bernal, con su patriarca Don Carlos, el jefe de Cafe Bernal, uno de los tostadores y empresarios del café mas veteranos y reconocidos de este negocio en la región.
También desde Pereira, la familia Ospina Tamayo, papa, mama y sus dos hijos. Una familia que cree en el campo y que viene de allá. Don Julio Cesar, Doña Nelly, Cesar y Daniel, dan ejemplo de asistencia y puntualidad a la hora del llamado a lista, a pesar de tener que viajar varios kilómetros desde otro departamento.
Volver a clase después de mis 50, 58 exactamente, nos ha reconfortado. Volver a estudiar, que maravilla. Descubrir el SENA con mis hijos, que bendición. Y descubrir que hay familias como la mía, que no queremos dejarnos llevar por la corriente del fracaso por falta de conocimientos, ha sido enriquecedor.
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